A lo largo de nuestra experiencia hemos identificado que por algún motivo, muchos altos cargos creen que la razón por la que su empresa sufre una crisis es debido al poco compromiso de sus empleados. Lo que no saben es que muchas veces, la falta de compromiso es el reflejo de la ambigüedad en los valores y en la misión de la compañía.
Si los valores y el propósito de tu empresa no están del todo claros… ¿cómo pueden tus empleadas y empleados entender lo que están haciendo y por qué lo hacen?
Ahí el «quid» de la cuestión: El compromiso no es el problema, es el resultado
Conseguir que tus empleados estén comprometidos tiene innumerables beneficios, ya que los resultados de cualquier compañía están directamente ligados al nivel de compromiso de sus trabajadores y trabajadoras.
Una persona comprometida se entusiasma con lo que hace y actúa de manera casi innata, contribuyendo al éxito de la empresa.
La pócima mágica del compromiso solo tiene éxito “cuando los empleados conocen claramente su función y pueden ver directamente la relación entre esta y el objetivo global de la organización”, Jim Harter.
Algunos de los ingredientes que no debes olvidar:
1.- Sabemos que despertar el compromiso en tus empleados y empleadas es un largo camino, pero te aseguramos que hay un ingrediente clave para empezar: Dar ejemplo.
Como os contamos en nuestro post de Superjefes y Superjefas un buen líder debe convertirse en referente y, sobre todo, ser ejemplo, ya que no habrá una sola persona que se comprometa si su líder no le da garantías.
2.- Comunica de manera clara las expectativas y las metas. Debes guiar a tus empleados y empleadas para que se centren de la misma manera en lo que están haciendo como en la razón por la cual lo están haciendo.
3.- Evalúa vuestra visión, objetivos y metas. Vuestra misión corporativa debe ser honesta, única y verdaderamente significativa. No os conforméis con una frase llamativa y vacía solo para tener algo que enmarcar y colgar en vuestra web o redes sociales.
4.- Recuérdales que son especiales y que fueron contratados y contratadas por sus cualidades. Las personas que trabajan en tu compañía pueden marcar la diferencia y posicionarse, tanto ellos como la empresa, en un lugar destacado.