¿Qué cambios ha impulsado la nueva realidad en el modelo de gestión de tu empresa?
Más allá de la urgencia del momento, existen una serie de acciones perennes que nos permiten reinvertir nuestro tiempo y dinero para que no haya estados y emociones negativas en la organización y, por ende, mejoren los resultados:
1.- Analizar y trabajar la conducta de los/las mánagers en todos los niveles de la organización para que se comporten de forma que no produzcan estos estados de ánimo negativos en las otras personas.
2.- Analizar y trabajar en todas las personas que componen la organización su capacidad de adaptabilidad y cambio para así poder ver las cosas desde una perspectiva más abierta, capacitadora, esperanzadora y menos traumática.
3.– Conseguir que los/las mánagers también sean capaces de producir en sus subordinados/as el cambio que exponemos en el punto 1, es decir, convertirlos/as en personas que ayuden a sus subordinados/as a cambiar su forma de ver las cosas para conseguir reducir los niveles de emociones que les hacen sentirse mal dentro de la empresa y que hagan suyas actitudes decididas y activas en favor de su propia vida y de la empresa.
En los puntos 1 y 3 puede que no se vea el matiz, pero es enormemente importante. En muchas ocasiones nos han contratado para “motivar” a las personas o para “aprender a motivarlas” y a veces nos decepcionamos cuando nos damos cuenta de que la directiva y mánagers están desmotivando constantemente con sus actitudes.
Realmente todo se resume en que no hay que preocuparse tanto en motivar a las personas, el primer paso es no desmotivarlas.
Las reglas sobre la desmotivación y la motivación que hay que tener en cuenta para poder llevar a cabo lo comentado anteriormente son:
1.- Los motivadores y los desmotivadores no siempre son los mismos
Hay cosas que sirven para motivar y otras que sirven para no desmotivar, por ejemplo, el dinero pocas veces es un motivador, las personas no trabajan con más ganas por ganar más dinero, y menos por ganar el dinero que sabe que le van a dar seguro a final de mes. En cambio, las personas acostumbran a trabajar con más ganas cuando les das una nueva responsabilidad que, obviamente, le puede producir una mejora económica.
2.- A una persona desmotivada no le ayuda un elemento motivador
Si una persona está desmotivada, un supuesto motivador no suele producir motivación, sino que muchas veces empeora la situación. Por ejemplo, si una persona lleva tiempo creyendo que le deberían dar un aumento de sueldo (desmotivador) y se le da más responsabilidad (motivador) sin aumentar el sueldo, esta persona seguramente se molestará y estará aún más desmotivada.
3.- Para conseguir motivación, no hay que estar desmotivado
Antes de poner en marcha motivadores, hay que conseguir que las personas no estén desmotivadas, y es aquí donde cobra sentido nuestro mensaje principal a nuestros clientes. Hacer una actividad de Team Building si las personas desconfían de sus mánagers porque han perdido la credibilidad, es perder tiempo y dinero. Formar a mánagers en comunicación empática si estos/as están controlando todo lo que se hace y piensan que sus subordinados/as son incapaces de delegar en personas capaces, es también perder tiempo y dinero.
¿Dónde está concentrado a día de hoy el management de tu empresa? ¿En los gestores/as, directores/as o mandos intermedios?
¿Funciona como una red o más bien como una jerarquía?
¿Existen diferentes áreas de dirección o se dirige directamente “desde arriba”?