El pasado 10 de julio participamos en la iniciativa de Un Món Millor organizado por Cadena SER Catalunya, allí hablamos una vez más acerca de las personas como centro de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC), de cómo integrar la diversidad y la complejidad y, al mismo tiempo, garantizar la aplicación de las normas internas, el cumplimiento de los derechos humanos y laborales como reflejo de cultura de empresa.
¡Aquí tienes nuestra ponencia por si te apetece escucharnos!
Como hemos comentado en repetidas ocasiones, nuestro modelo de negocio está basado en las personas como centro, y por lo tanto, deben ser las personas también el epicentro de la RSC. Cuando hablamos de Responsabilidad Social Corporativa nos centramos principalmente en la palabra Social, ya que creemos que es donde reside el verdadero sentido, porqué está relacionada con la Sociedad y por ende, con un grupo de personas.
En el mundo laboral actual se tiende a utilizar conceptos muy abstractos como ayuda, compromiso, comunicación… Todos estos vocablos no son más que acciones que impactan directamente en las personas, por ejemplo: cuando una empresa despide a un equipo, detrás de esta decisión hay personas con nombre y apellido, no es la empresa quien lo ha hecho.
Por lo tanto, cuando hablamos de Sociedad, debemos pensar en qué grupo social estamos poniendo foco o impactando, ya que si focalizamos la RSC solamente en nuestros clientes, a costa de nuestros trabajadores lo que se está haciendo verdaderamente es Responsabilidad Sectaria Corporativa, es decir, realizamos acciones de cara a la galería pero a costa de los nuestros.
La fórmula correcta no es más que la de repartir riqueza de forma equitativa, es decir, quien aporta más recursos, tiempo o riesgo, debe obtener más beneficios. Por ello, hay muchas empresas que no están capacitadas para aplicar la RSC, porqué su actividad malmete la vida de otras personas, lo cual es una incoherencia en sí misma. Un claro ejemplo son las empresas del sector armamentístico.
La RSC no es cuestión de un buen marketing, sino que reside en el núcleo de la empresa: las personas, el buen liderazgo y la alineación de la directiva de la empresa como ejemplo principal, basándose en la honestidad, la coherencia y el respeto a los empleados y empleadas, dejando atrás conspiraciones o reparticiones poco equitativas de los beneficios. Sin esto, no se puede hablar de la RSC ni de negocios sostenibles.