Está demostrado que, los empleados y las empleadas con altos niveles de Inteligencia Emocional (IE) cooperan mejor con las otras personas, gestionan adecuadamente el estrés en el trabajo y son capaces de resolver de una forma óptima los conflictos dentro de las relaciones laborales.
Según el informe sobre el futuro del empleo del Foro Económico Mundial, la “Inteligencia Emocional” será una de las diez habilidades laborales más buscadas en el 2020”. Además, el valor que algunas compañías dan a este conjunto de habilidades supera incluso la capacidad técnica, como reflejan los resultados de una encuesta de Carrer Builder, en la que destacan los siguientes datos:
*El 71% afirmó que valoraba la inteligencia emocional de un empleado por encima de otros atributos, incluido el cociente intelectual.
*El 75% dijo que era más probable que ofreciera un ascenso a un trabajador con alto nivel de inteligencia emocional.
* El 59% de las personas encuestadas afirmaba con rotundidad que dejarían pasar a un candidato con coeficiente de inteligencia alto pero con poca inteligencia emocional.
El fin último de cualquier empresa es lograr que su personal pueda desarrollar sus tareas de manera conjunta con la máxima eficacia y aumentando sus probabilidades de alcanzar el éxito en sus resultados. La IE en el trabajo es un elemento esencial para la buena marcha de cualquier organización, sobre todo si tenemos en cuenta el papel cada vez más crucial del capital humano para la creación del valor y del rendimiento.
Debe ser una estrategia impulsada por la dirección de la empresa e implementada en los distintos niveles de la organización. La IE en el trabajo juega un rol determinante en todos los niveles de la cadena de mando. Si se toman en cuenta las fases diseñadas para comprender el concepto de este tipo de inteligencia, fácilmente se puede asociar con el liderazgo dentro de la empresa, donde es indispensable una interacción social eficiente para lograr el máximo desempeño de un equipo.
Además del manejo de equipos y la gestión del talento, la IE en el trabajo es fundamental para que la directiva pueda tomar las decisiones acertadas en determinadas circunstancias y tengan una capacidad de respuesta ágil, inmediata y acorde a las exigencias del momento. Del mismo modo, es una herramienta esencial para el diseño y la puesta en marcha de estrategias orientadas a fomentar el talento de los colaboradores, la promoción interna, la implicación en el proyecto, la mejora del desempeño y, sobre todo, el desarrollo profesional e individual.
En definitiva, es indispensable para el conjunto de personas que componen la organización tener una inteligencia emocional notable y desarrollada. Si los ejecutivos o líderes de la organización no entienden que las personas funcionan en base a las emociones, difícilmente lograrán que las personas de sus equipos quieran seguirlos voluntariamente para lograr los mejores resultados para la empresa.